Aún recuerdo cuando lo conocí, fue hace algunos años, jugamos un partido de futbol en el que mis amigos de la escuela acabaron aborreciendolo, yo también, ese acento mezcla entre chilango y chetumalense, lleno de altaneria y soberbia, además el hecho de golearnos de forma tan criminal acabó con la paciencia de más de uno de mi equipo incluyendome a mí. Meses después estaba en su departamento, en algún lugar del centro de la ciudad de México recibiendo posada del hombre que acabaría con cualquiera de mis llaneras aspiraciones futboleras, ahí conocí al gran artísta. Gurú de las artes plásticas en la mayoría de sus vertientes e ícono vanguardista para mí, siempre que veo lo que hace, veo a través de su trabajo el futuro. Con el tiempo la amistad crecio el aprecio y el respeto por la chamba mutua, lo veo crecer y nos ve crecer (como proyecto, como músicos, como artistas), hemos trabajado juntos, alguna vez creo con nosotros un poco de música, habremos comido unas cuantas veces tacos de la mas dudosa procedencia y otros con mayor seguridad en el aspecto de salud, ha sido un camino en el que lo único que nos identifica aparte de uno que otro gusto afín es el trabajo duro. Hoy esta en Nueva York realizando su primer exposición individual, no se mucho de plástica, pero por alguna razón tengo la extraña certeza de que va un paso adelante de muchos, y si algo lo ha llevado hasta ahí, ha sido el trabajo. El sueño materializado de cualquier artista, es un punto que lo consolida como creador y que seguro le genera un sin fín de envidias e inconformidades mediaticas, pero por otro lado gratificante felicidad. En hora buena Omar. Mucho respeto y cariño.
